viernes, 30 de noviembre de 2007

CARTA ABIERTA A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA DE LA PUCP

* El 28 de Noviembre de 2007 se escribió, en un blog, una carta abierta a la Comunidad Universitaria de la PUCP con motivo de la reciente renovación de la Plaza de la Memoria. Esta es una carta abierta dirigida a la misma comunidad y sobre el mismo tema.

Nos dirigimos a la comunidad universitaria de la PUCP para manifestar lo siguiente:

1. El 18 de octubre de 2007 se inauguró, a espaldas del pabellón de Estudios Generales Ciencias de la PUCP, la renovada Plaza de la Memoria. Esta Plaza fue construida con la finalidad de honrar la memoria de un grupo de alumnos de nuestra Universidad, desaparecidos a causa de la violencia interna vivida en diversas épocas en nuestro país. Ese mismo día se inauguró también, en el mismo lugar, un establecimiento comercial: la cafetería de Cafetal.

2. Al entrar en la Plaza de la Memoria se observa inmediatamente un contraste: Se aprecia una cierta cantidad de personas realmente ocupando la plaza. En un costado aparece la moderna cafetería de Cafetal y, frente a ella, en un espacio delimitado, iluminado y apartado se encuentra el grupo de placas recordatorias, con los nombres de los estudiantes desaparecidos, que desde hace muchos años se aprecian en ésta plaza. Realmente se nota una gran diferencia gracias a su remodelación. La Plaza de la Memoria se ha convertido en un espacio social en el cual se puede ir tranquilamente y visitar la plaza, sea para consumir en el cafetal, sea para ver las placas recordatorias, o sea, como en muchos de los casos es, para ambos. En ningún momento se ve una limitación de la plaza, tan solo un agregado que tiene como beneficiarios a nadie más que a los alumnos y profesores que todos los días llenan la nueva cafetería construida. Así podemos hacer ejercicio moral de la memoria* sin quedarnos dormidos, pues tenemos café al alcance.

3. Creemos firmemente que la Universidad, haciendo gala, al menos en este caso, de un respeto por las víctimas de la violencia acaecida en nuestro país (así como un sentido de la estética inusual en la PUCP), debería realizar, en lo posible, más obras como esta. Esto traería como consecuencia una toma de conciencia más generalizada de ciertos hechos ocurridos recientemente en el Perú que tienen tanta relevancia para la realidad nacional, en vez de relegar estos hechos, cual monumentos ignorados a héroes desconocidos, al paso de los años y al olvido. Esto, creemos, ayudaría a los alumnos, de acuerdo con los principios humanistas que rigen a nuestra casa de estudios, a alcanzar una formación fundada en valores y en el respeto al pasado, cualidades ambas, necesarias para un desarrollo ético pleno.

4. Finalmente, y a manera de respuesta a la carta anterior, comunicamos a sus redactores y suscriptores que nuestra querida Plaza de la Memoria se encontraba, hasta hace unas semanas, en un estado poco admirable; sus veredas gastadas, sus plantas mal cuidadas y sus inscripciones recordatorias en un lugar poco visible. En otras palabras, no era el lugar adecuado para el recogimiento y la reflexión y, ni siquiera, para un ejercicio moral de la memoria. Ahora, en cambio, la placa se encuentra en un lugar visible, la Plaza muestra un aspecto saludable y acogedor pero nuestra pregunta a ustedes, redactores y suscriptores, permanece: ¿Por qué no se quejaron antes? ¿No reparaban acaso en su aspecto triste y desolado? ¿Por qué no se plantean verdaderas soluciones para hacer de las placas conmemorativas algo más significativo en vez de criticar un servicio más que brinda la PUCP a sus integrantes?

POR LO ANTERIOR:

MANIFESTAMOS NUESTRA COMPLETA CONFORMIDAD con el funcionamiento del establecimiento comercial en su actual lugar y SOLICITAMOS FIRMEMENTE a las autoridades de la Universidad que coloquen a todos los que firmaron la primera carta en un lugar más adecuado del campus, de modo que no se desvirtúe el éxito que ha tenido el nuevo Cafetal, tanto en su buena atención a los clientes como en la forma en que ha dado a conocer la Plaza de la Memoria y su verdadero significado.

Además, serán bienvenidos todos los comentarios que se escriban a este blog, sin que los propietarios del mismo aprueben u omitan comentarios ajenos a sus opiniones (a diferencia de otras cartas abiertas a comunidades universitarias de la PUCP).

Asimismo, les informamos, lectores, que no buscamos suscriptores: no necesitamos gente que nos diga que tenemos la razon.


*Estaríamos muy agradecidos con el redactor de la primera carta si nos explicara, en lo posible gráficamente, en qué consiste exactamente esto, para poder practicarlo sin dedicarnos a especulaciones vanas sobre el lenguaje y sus vaguedades.

Lima, 30 de noviembre de 2007